Es una costumbre de muchos directivos mantener reuniones continuas, en las
que se convoca a todo el personal responsable de un proceso; sin embargo, no se
analiza si las decisiones superan el costo hora de todas las personas que
intervienen. Para que reúne a tantas personas que sus actividades no tienen
interacción y solo asisten a escuchar las ponencias de los demás. Dedican mas
tiempo a reuniones que a la ejecución, evidencian miedo a tomar decisiones y
siempre esperan que los colaboradores figuren como responsables para no tener
culpa por los malos resultados que se pueden generar.
Además, cada vez que a un directivo se le ocurre realizar una reunión fuera
de horario o que tardan horas y horas, sin que se haya notificado
oportunamente, lo único que están denotando en sus colaboradores es que
indirectamente están diciendo "su tiempo no es importante, pero el mío es
el único que importa", estas costumbres generar un deterioro en el clima
organizacional.
La duplicidad de actividades también genera perdidas en la organización esto
ocurre cuando se permite que los directivos asuman que para la distribución de
tareas se necesita solo el criterio personal y hacemos de menos al trabajo
realizado por planificación, no respetamos los procedimientos y esto crea
incertidumbre de que objetivos queremos alcanzar y si tenemos un respaldo
técnico de nuestros jefes.
La evidente preferencia a ciertos colaboradores entorpecen la motivación del
personal, porque cuando permitimos que ciertas personal ingresen a nuestro
medio con malas costumbre, como es la entrega de dádivas, los gestos aduladores
y otros actos alejados de la ética profesional, lo único que logramos es
alcanzar un compromiso inconsciente de respaldo; pero el personal que por sus
méritos son los referentes de la organización, reciben una motivación negativa
y elimina la proactividad, la pertenencia y varios factores que generaban valor
agregado y el desarrollo de la organización.
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